Chiyoda,

lámpara de "llama" parpadeante de neón

Chiyoda, lámpara de "llama" parpadeante de neón.


     La lámpara luminiscente es un tipo de fuente luminosa cuyo principio operativo se basa en el fenómeno del paso de la corriente eléctrica a través de un gas a baja presión, debido a la ionización del mismo, para generar una emisión de radiación en forma de luz visible. No obstante, dichas lámparas no son apropiadas para fines de iluminación general, tanto por el contenido espectral o color de la luz emitida, como por el escaso flujo luminoso que proporcionan.

Imagen en movimiento de la lámpara encendida a 225v.

  Sin embargo, desde hace muchos años, éste tipo de fuentes luminosas han encontrado aplicación práctica en el ámbito de la señalización luminosa, decoración e incluso en campos muy apartados de la luminotecnia, como en determinados circuitos electrónicos (estabilización de tensiónes, generación de oscilaciones) e incluso como transductor señal-luz en los albores de la Televisión.

      La que aquí traigo es una lámpara concebida para fines decorativos y que aprovecha las peculiares características que presenta la descarga eléctrica a través del neón a baja presión, especialmente cuando tiene lugar entre electrodos metálicos de superficie plana, situados  a  muy corta  distancia  el  uno del otro.    Bajo estas condiciones, la columna positiva desaparece, quedando solamente la luminiscencia negativa o resplandor catódico rodeando al electrodo negativo en forma de aureola luminosa, que en el caso de que el gas utilizado sea neón, es de un color rojo anaranjado. Si además, como se ha apuntado, los electrodos están constituidos por planchas metálicas de superficie relativamente grande, la descarga puede comenzar a desplazarse aleatoriamente 

La lámpara en servicio, alimentada a 225v 50 Hz, para ver el efecto de oscilación de la "llama" o descarga.

por la citada superficie, creando la sensación de una llama vacilante. Como además, la alimentación se realiza en corriente alterna, la columna o luminiscencia catódica se produce alternativamente sobre ambos electrodos a razón de 50 veces por segundo, lo que también ayuda a la dispersión errática de la mancha catódica. Ésta típica inestabilidad de la descarga, es precisamente lo que hace tan especial a ésta curiosa bombilla, cuya luz adquiere la apariencia de una vela, si bien su coloración es notablemente más rojiza que la de la auténtica llama de éstas.

     Su uso principal es para candelabros, apliques decorativos, velas ficticias y muy especialmente para aplicaciones escénicas.

     Puede apreciarse en las fotos, la estructura de sus electrodos, cuyas caras internas han sido revestidas de una pintura especial aislante para impedir la formación de la descarga entre ambos electrodos, justo en el espacio de separación, donde no se aprovecharía la luz emitida, además de existir el riesgo de formación de arcos debido al alto gradiente de potencial en dicha zona. Por esta misma razón y para mantener constante la separación entre los electrodos, éstos han sido fijados uno contra otro, mediante varios pegotes de la misma pintura aislante. También se ha procedido al pintado de la parte superior del pie de vidrio por donde emergen los alambres de acometida a los cuales se hallan fijadas las planchitas electródicas  así  como  los  alambres  mismos en  toda  su  longitud,

Vista de perfil de los electrodos, mostrando los pequeños pegotes de masilla aislante para mantenerlos separados.

Vista de perfil de los electrodos.

con lo que queda eliminado el riesgo de que se formen descargas secundarias fuera de la superficie externa de los electrodos, con la consiguiente derivación del flujo de corriente eficaz para la producción de la descarga parpadeante y por tanto, la distorsión del fenómeno luminiscente sobre los electrodos mismos. Véase además que  para añadir mayor realismo al efecto luminoso,  los electrodos han sido troquelados en forma de llama de vela.

Parte superior del pie y alambres porta-electrodos aislados mediante pintura no conductora.

     Estas lámparas como todas las de descarga, precisan de un dispositivo regulador en serie para limitar la corriente de alimentación, ya que si no se tomara ésta precaución, quedarían destruidas al poco de conectarlas al circuito eléctrico. Ello es debido a la ya conocida característica negativa de resistencia, fenómeno inherente al paso de la corriente a través de todos los gases ionizados. En realidad, con ésta lámpara y otras similares, el usuario no tiene que preocuparse por nada de ésto, ya que éste tipo de bombillas ya viene equipada de fábrica con una resistencia óhmica conectada en serie,  normalmente    constituida   por   una   pequeña

Parte superior del pie y alambres de acometida revestidos de pintura aislante (se aprecia por su color verde).

bobina de hilo resistivo (generalmente cromo-níquel) devanada sobre un pequeño cilindro cerámico o bien, una resistencia estándar de película de carbón, cuya disipación de potencia esté de acuerdo con la intensidad nominal de la lámpara y la caída de tensión que haya de producir. Habitualmente, dichas resistencias van colocadas en el interior del casquillo de la lámpara, justo debajo de la base de la ampolla, y quedan en serie con el hilo que va conectado al contacto central del casquillo tipo Edison.

     Eligiendo adecuadamente el valor óhmico de la resistencia, es posible limitar la intensidad que circula por la lámpara a su valor nominal (generalmente, unos pocos miliamperios) y mantenerlo dentro de los límites del funcionamiento seguro, para distintos valores de la tensión de alimentación. De ésta forma es posible producir bombillas luminiscentes adecuadas para tensiones comprendidas entre 100 y 250 voltios; a menor tensión, menor valor en ohmios de la resistencia en serie, y viceversa.

     Evidentemente, la tensión de alimentación siempre ha de ser superior a la tensión de ionización o cebado de la lámpara, no solo 

La descarga vista lateralmente.

Vista lateral de la descarga.

para asegurar el encendido de la misma, sino para garantizar una caída de tensión suficientemente alta en la resistencia serie, que permita la regulación cómoda de la corriente de descarga. De todas formas, y como de hecho,  éstas lámparas  han  sido  diseñadas básicamente  para su alimentación

Vista en detalle de la descarga y de la forma de llama de los electrodos.

en corriente alterna, el valor de pico de ésta siempre será suficiente como para garantizar la ionización y el cebado de la descarga, aún en el improbable caso (excepto en Japón) de que éstas se alimentaran a tensiones eficaces en torno a los 100 voltios.

     En resumen: éstas son unas curiosas y ya clásicas bombillas que llevan en el mercado muchos años y aún se mantienen en producción y venta por parte de numerosos fabricantes, a lo largo y ancho de éste mundo. Además, éste tipo de lámpara se puede encontrar en prácticamente todas las configuraciones imaginables, tanto por la forma de su ampolla como por su tamaño, casquillo, forma de los electrodos, tensión, etc. Sirva como ejemplo, que os cuente que hace poco más de un mes, yo conseguí aquí en una tienda de Ciudad Real, un ejemplar de lámpara parpadeante de una curiosa forma de ampolla tipo vela, pero con un ensanchamiento en la parte  cercana al casquillo. ¡Y qué casquillo! ¡nada menos que un E12! que es el equivalente americano de nuestro "mignon" E14, allí conocido como "candelabra" y de aplicación en lámparas de vela y miniaturas en sus redes de 120v. El paso E12 viene a ser un intermedio entre el E14 y el E10 de las clásicas bombillitas miniatura para linterna. Naturalmente mi lamparita está calibrada para 220-230 voltios; pero ahora yo me pregunto: ¿donde rayos la voy a enroscar? porque aquí, los portalámparas E12, no es que abunden precisamente,  je je. Bueno, éso es otra historia que ya vereis dentro de poco.

Detalle de la forma de llama de los electrodos.

     Antes de terminar con la descripción de ésta bombilla, os citaré una curiosa anécdota ocurrida a finales de los 70.

     La primera vez que yo ví en acción éste tipo de lámparas fué en el paso de la Virgen de la Esperanza, una cofradía muy conocida de Ciudad Real, que allá por el año 76 (si mal no recuerdo), fué pionera en la sustitución de las tradicionales lámparas incandescentes, por éstas modernas lámparas luminiscentes de descarga parpadeante.

     Hasta entonces, las velas simuladas del trono, habían estado equipadas por bombillas tipo vela o flama de baja tensión, con casquillo E14, que eran alimentadas directamente mediante grupos de baterías de 6 o 12 voltios, 

     La elevada tensión de alimentación para las nuevas lámparas se obtenía mediante convertidores transistorizados  accionados por las baterías del paso, trabajando, si no me equivoco, a una frecuencia de 400Hz; todo ello para proporcionar los 220÷230 voltios necesarios para el encendido de dichas lámparas. 

     Bueno, pues a lo que voy: una tarde de Martes Santo, mientras veíamos desfilar el trono de la Virgen, una buena señora exclamó muy convencida y ufana, dirigiéndose a su marido, como si hubiera descubierto el secreto de la Piedra de Roseta: "¡Anda Pepe mira: BOMBILLAS DE BUTANO!" Y se quedó tan pancha. ¿Sería por aquello de que el color de la luz del neón es similar al de las tradicionales bombonas de la cocina? Pudiera ser.


MARCA Y MODELO: Chiyoda. Luminiscente de neón, de "llama" parpadeante.
TENSIÓN: 220v
POTENCIA / INTENSIDAD: No especificado
FRECUENCIA: Corriente alterna, sin especificar.
CASQUILLO: E14.
ELECTRODOS: Plancha metálica, en forma de llama, sin especificar material.
ATMÓSFERA: Neón (posiblemente con adición de una pequeña proporción de helio).
AMPOLLA: Forma de vela, C 35, lisa clara. 
ÉPOCA DE FABRICACIÓN: Finales de los 80.
ORIGEN: Japón.