Philips HP 80W.

Lámpara de vapor de mercurio a alta presión, no corregida

 

Philips HP 80W. Lámpara de vapor de mercurio de alta presión, sin corrección de color.


     Ésta es una de las bombillas mas apreciadas de mi colección, por las que siempre he tenido un especial afecto y veneración y que más me han hecho soñar durante años, primeramente cuando las estuve buscando sin éxito y después cuando ya las tenía instaladas en mis farolas del campo: ¡las legendarias Philips HP!.

     Ésta lámpara, que junto a su gemela, llegaron a mis manos en junio de 1982, compradas en "Oliva" de Madrid, corresponde a la cuarta generación de las HP fabricadas por Philips en la Gloeilampenfabrik de Eindhoven, Holanda, allá por los primeros años 60 del pasado siglo, en cuyos tubos de descarga ya se empleaba el sistema de lámina de molibdeno para el sellado de las conducciones hacia los electrodos, y por el cual, la citada lámina es prensada junto con el cuarzo de los extremos del tubo, para constituír un cierre hermético cuya estanqueidad se mantiene inalterable, independientemente de los diferentes coeficientes de dilatación de ambos materiales.

     Como es lógico deducir por la época de fabricación, se trata de una lámpara no corregida, o sea, desprovista de revestimiento fluorescente alguno; por lo tanto, la luz es producida exclusivamente por la parte de radiación visible emitida por el arco de mercurio a alta presión, presentando la típica coloración blanco-azul verdosa característica del espectro de la descarga en vapor de mercurio.

     Como parece ser que ésa coloración no gozaba de una gran popularidad, a principio de los 50 comenzaron a utilizarse diversos materiales fluorescentes para el revestimiento interior de la ampolla externa, los cuales tenían como misión transformar la energía ultravioleta emitida por el arco, en radiaciones de mayor longitud de onda, aumentando así la proporción de rojo producida por la lámpara, elevando a su vez el índice de rendimiento en color.

El casquillo de ésta lámpara, está construído en dos piezas independientes, hallándose la base que sostiene el aislador de vitrita, ensamblada a la parte roscada.

     Pero como parece ser que aquéllos primeros experimentos de corrección de color no resultaron satisfactorios en la  práctica, debido a la disminución del rendimiento luminoso obtenido, casi todas las empresas continuaron fabricando lámparas de vapor de mercurio claras y esmeriladas.

     En éstas últimas, destinadas a usos de iluminación general, se buscaba la reducción del brillo o luminancia mediante el esmerilado o deslustrado interno de la ampolla exterior, lo que ayudaba a disminuir el deslumbramiento, mientras que las de ampolla clara eran mas útiles para su uso en proyectores y luminarias provistas de reflectores especulares, ya que, debido a su menor superficie de emisión, permiten un mayor control de las condiciones fotométricas y de distribución luminosa, mediante el centrado del tubo de descarga en el foco del sistema óptico.

     Precisamente, la característica y peculiar tonalidad de la luz de las lámparas de vapor de mercurio, tuvo en su día una interesante utilidad para reforzar el verde de la vegetación de parques y jardines, consiguiéndose unos bellos y relajantes ambientes nocturnos mediante el empleo de tales lámparas.

Detalle del casquillo, construído en dos piezas.

     Éstas HP están provistas de ampolla convencional, tipo A, esmerilada interiormente y de forma muy similar a la de las lámparas de incandescencia para usos generales. Ello es posible debido al hecho de que no llevan revestimiento fluorescente alguno en su interior, no precisándose por tanto, una distribución uniforme de la temperatura interna, como ocurre con las lámparas fluorescentes o de color corregido, las cuales exigen el uso de ampollas ovoides o elipsoidales, conocidas como "tipo E" o isotérmicas, características de todas las lámparas actuales de vapor de mercurio color corregido, así como de la mayoría de las de vapor de sodio a alta presión.

     La estructura interna de ésta clase de lámparas, muestra una disposición ya totalmente contemporánea, pues el tubo de descarga está sujeto a las varillas de sujeción y conexión eléctrica, que emergen del pie, mediante bridas metálicas soldadas por puntos a las citadas varillas o alambres.

     La conexión eléctrica de los electrodos principales está realizada mediante cablecillos trenzados que van soldados por un extremo a los terminales externos de los electrodos del tubo de descarga, mientras que por el otro quedan introducidos entre las láminas de la parte plana del cintillo o brida de sujeción del tubo, asegurándose su anclaje mecánico y conexión eléctrica mediante el oportuno punto de soldadura, como puede apreciarse en ésta foto.

     De ésta forma, cada electrodo principal queda conectado directamente a cada una de las dos varillas o alambres de acometida eléctrica, formando todo el conjunto un sólido y a la vez, elástico bastidor, el cual mantiene en posición correcta al tubo de descarga, aislándolo de posibles choques o vibraciones externas.

Detalle de la conexión de los electrodos y del anclaje del tubo de descarga.

Conexión y anclaje del tubo de descarga.

     El electrodo auxiliar queda situado en el extremo del tubo de descarga más próximo al pie y al casquillo, que es precisamente la parte mostrada en la foto. Aqui, el terminal situado más al centro, corresponde al electrodo principal, mientras que el que se ve más hacia el borde superior del cierre del extremo del tubo, pertenece al citado electrodo auxiliar o de arranque. Éste se encuentra conectado a la varilla larga, o sea, al electrodo principal opuesto, a través de una resistencia de carbón, que no se ve en la foto. 

    Ésta resistencia en serie, tiene como misión limitar la corriente de cebado que circula a través del reducido espacio de descarga que separa ambos electrodos, auxiliar y principal, durante el cebado del arco y el arranque de la lámpara.  

     El equipo eléctrico auxiliar para éstas lámparas, cuando se alimentan con redes de 220 a 240 voltios, consiste en una simple bobina de autoinducción o reactancia conectada en serie con aquéllas. 

     El montaje se puede completar además con la instalación del oportuno condensador para la corrección de fase, llevando así el factor de potencia a valores cercanos a la unidad.

    El tiempo de encendido, hasta que se obtiene la máxima emisión luminosa, viene siendo, por término medio, de unos dos y medio a tres minutos, dependiendo también de las posibles variaciones de tensión de la red; no obstante, a los 25 o 30 segundos desde la conexión, el espectro emitido corresponde ya perfectamente al del arco en vapor de mercurio.  El reencendido precisa de un período de tiempo similar para permitir que el tubo de descarga se enfríe y descienda la presión de vapor a un valor lo suficientemente bajo como para posibilitar 

Lámpara encendida a plena intensidad, después de 5 minutos.

A los 5 minutos de encendida.

nuevamente la ionización y el cebado del arco. Es por ello que éstas lámparas, como todas las de descarga en vapores metálicos a alta presión, no pueden volver a encenderse inmediatamente después de haber sido apagadas.

     La gama de potencias en que se fabricaron éstas HP, se limitaba solamente a 80 y 125 watios, aunque más adelante, Philips comenzaría la producción de la siguiente generación de las HP, pero ya con ampolla ovoide clara, en potencias de 80, 125, 250, 400, 700 y 1000 watios, estando provistas las dos primeras con casquillo E27, mientras que a partir de 250 watios, se empleaba el E40 o goliat.

     La tensión de régimen de la lámpara de 80 watios es de 115 voltios, a una intensidad de 0,8 amperios, mientras que en el caso de la de 125 watios, los valores son 125 voltios y 1,15 amperios respectivamente.

La lámpara junto al envoltorio que traían de la tienda, que evidentemente no es el original de fábrica.

     En cuanto al campo de aplicación que tuvieron éstas lámparas, hay que mencionar principalmente el del alumbrado de exteriores, tanto para calles, plazas y parques  en zonas urbanas, como en terrazas, explanadas y jardines particulares en casas de campo.

     Como se ha apuntado antes, tanto ésta como otra lámpara exactamente igual, estuvieron instaladas en dos antiguas farolas de mi casa de campo, produciendo una bella iluminación de una explanada y un paseo, respectivamente, desde 1982 hasta el 88, ambos inclusive, simultaneando su labor, a partir del 83, con otras dos HP, pero éstas ya del tipo 

Aunque éste es el envoltorio que traían, evidentemente no es el original suyo.

de ampolla ovoide clara, aunque, lógicamente, con el mismo color de luz, así como con una Thorn-Emi MB-U de 125 watios, instalada en una preciosa farola tipo Fresnel de la casa BJC.

     Hoy día, en mis farolas sigo manteniendo la luz pura del mercurio, pero desde hace un año, he sustituído las HP claras por otras, también claras, pero de la firma australiana LUXMAN, fabricadas en China y por tanto, fácilmente disponibles en grandes cantidades. De ésta forma, he preservado para la colección todas las HP, tanto claras como esmeriladas, ya que son unas lámparas que actualmente no se pueden encontrar, pues parece ser que al consumidor europeo no le gusta mucho la luz pura del mercurio (ellos se lo pierden), por lo que hace años que dejaron de fabricarse, dejando paso a las de ampolla fluorescente. Además hoy día, debido a las premisas de la protección medioambiental, se está dejando ver una notable aversión hacia todas aquellas lámparas que contienen mercurio; a pesar de lo cual, se está fomentando el uso de las fluorescentes compactas y de vapor de sodio a alta presión, las cuales, también utilizan aquél metal.

     Yo, particularmente, soy un fanático entusiasta de la fría y apacible luz del mercurio, por lo que nunca he soportado la luz de las nuevas lámparas corregidas con vanadato de ytrio activado con europio, precisamente por su tonalidad blanco-rosada, prefiriendo desde siempre a éstas lámparas claras o esmeriladas, por el bello y puro color verdoso de la descarga en vapor de mercurio, especialmente para el alumbrado de exteriores, sobre todo en el campo, debido al fantástico y ensoñador efecto que produce la banda de emisión verde, a 546,1 nm, sobre las plantas y árboles. Por éso, yo no concibo que en una farola se pueda instalar lámpara alguna que no sea de mercurio sin corregir, así que casi prefiero pasar por alto lo que opino de la luz anaranjada del vapor de sodio. En fín, manías mías.

     Para ver algunos detalles adicionales de ésta magnífica lámpara, mira éste ÁLBUM y disfruta.


MARCA Y MODELO: Philips, HP 80W (con la referencia "TYP. 57201")
TENSIÓN: 105 voltios (caída producida a través de la reactancia).
POTENCIA / INTENSIDAD: 80 watios, sin contar el consumo de la reactancia, a 0,8 amperios.
FRECUENCIA: Depende de la reactancia utilizada. Normalmente 50 Hz.
CASQUILLO: E 27 de latón, con aislador de vitrita.
ELECTRODOS: Tungsteno doblemente arrollado, revestidos de material emisivo (posiblemente trióxido)
ATMÓSFERA: Tubo de descarga: argón, ampolla exterior: nitrógeno.
TUBO DE DESCARGA: De cuarzo, con sellos de de hoja de molibdeno para la conexión con los electrodos.
AMPOLLA EXTERNA: A 80, de vidrio blando; esmerilada interiormente y desprovista de revestimiento fluorescente alguno.
ÉPOCA DE FABRICACIÓN: Finales de los 50, principio de los 60
ORIGEN: "Philips Gloeilampenfabrik" de Eindhoven, Holanda.